Tina hoy nos ha contado una historia que a continuación os dejamos. ¡Esperamos que la moraleja os sea de provecho! ¡Feliz martes a tod@s! :
Érase una vez una niña que lo tenía todo y no se conformaba. Lloraba todo el rato, hasta desesperar a todo el mundo. Sus padres, cansados de sus llantos decidieron llamar a una maga, para ver si con un hechizo la lograban calmar.
La maga, llamada Pirulí, les advirtió: "si el llanto queréis cesar, menos la debéis de malcriar. Pues la magia peligrosa es, y en ocasiones sale del revés". Los padres de la pequeña llorona insistieron en que la mejor solución sería la magia. Así que dicho y hecho. Pirulí lanzó su hechizo hacia la niña:
"¡Dibi-dibán-di-bi-dú!" Exclamó la maga. Y una luz salió de su varita mágica directa a la niña, quien cesó su llanto al instante. O al menos eso parecía...
Los padres de la llorona se alegraron enormemente. Sus oídos estaban en calma, ningún ruido a su alrededor... ¡Espera! ¿ningún ruido? La madre quiso hablar, pero su voz no la escuchó, ni ella ni su marido. Pronto descubrieron el fatal desenlace. ¡La magia los había dejado sin oído! Pirulí tenía razón: la magia no había salido como ellos deseaban y, su hija, continuaba llorando aunque ellos no la oían.
Preocupados, preguntaron a la maga: "¿Cómo podemos hacer para recuperar nuestro sentido del oído? Haremos lo que sea."
Pirulí repitió: "El problema de la niña vuestro es, haced que valore lo que le deis. Las lágrimas frenarán y el oído volverá cuando ella sea capaz de valorar sus bienes."
Pasaron así los días, también los meses... Y al cabo del año del hechizo algo cambió... Con mucho esfuerzo y educación, un día la niña dejó de llorar y, con una risa de alegría, sus padres recuperaron el sentido que habían perdido.
MORALEJA DE TINA: Los niños debemos conocer el valor de las cosas y apreciar y agradecer lo que nuestros padres y familiares con cariño nos dan y no llorar por tonterías.
TINA.